Una guerra a futuro

Es posible que la mayoría de nosotros en algún momento de la vida hayamos sido víctimas de alguna infección bacteriana que afectara las vías respiratorias como una neumonía, o alguna infección del tracto gastrointestinal causando diarrea o vómito, o que me dicen de estas infecciones bacterianas tan molestas en las vías urinarias que nos causan dolor y ardor al orinar. 

Para la resolución de todas y cada una de ellas tuvimos que acudir con un médico de nuestra confianza que, posterior a algunos estudios y una exploración física detallada y profesional, nos indicó un tratamiento antibiótico el cual surtió un gran efecto al combatir a esas colonias de bacterias que nos hacían daño en ese momento.

Todo suena maravilloso, y es que desde los años 40 con el uso constante de los antibióticos, un arma fulminante para aquellas bacterias que se quieren pasar de listas, se ha aumentado la calidad y esperanza de vida.

Lamentablemente, hoy no todo es color de rosa y tristemente si no modificamos algunas conductas de nuestra actualidad, muy probablemente se avecine un futuro sombrío en este aspecto, ya que, en las últimas décadas se ha demostrado que, a causa de la irresponsabilidad por parte de los pacientes de no seguir las indicaciones médicas al pie de la letra, olvidando tomarse el tratamiento antibiótico completo, al automedicarse, o incluso por la falta de compromiso de algunos médicos que recetan antibióticos para enfermedades causadas por virus u hongos, ha fortalecido un fenómeno llamado: RESISTENCIA BACTERIANA

Esta situación nos habla de que al día de hoy existen diferentes tipos de bacterias que por una u otra razón se han vuelto resistentes a ciertos antibióticos que antes eran muy comúnmente utilizados y que por su uso y abuso, hoy no le “hacen ni cosquillas”, obligando a los médicos a utilizar tratamientos antibióticos cada vez más “fuertes” para combatir a la misma bacteria.

Es importante hacer conciencia de este fenómeno ya que todos contribuimos al mismo, así que, mientras tú acudas con tu médico de confianza para que te prescriba los medicamentos necesarios de acuerdo a su criterio, evites la automedicación y respetes los días de tratamiento en el caso de un antibiótico, retrasaremos esa invasión bacteriana que, si no le ponemos un alto muy pronto, será una historia de terror que contar a las futuras generaciones.