¿Por qué la cara larga?

¿Te sorprendería si te dijera que más allá de los humanos, animales y plantas, hay seres que existen entre nosotros? No hablo de aliens u otras criaturas míticas en las que cada persona quiera creer, sino en unos entes microscópicos que viven a nuestro alrededor a lo largo de cada día… nos referimos a los fabulosos virus.

Un microorganismo viral que nos ha acompañado en varias etapas de nuestra vida es el virus del HERPES ZOSTER, ya que recordemos esos años de la infancia cuando nos dio la famosa varicela, debido al contagio por el amiguito o amiguita de la escuela brotándonos esas ronchitas que daban mucha comezón y misma que te ponía irritable por la fiebre y la incomodidad de estas lesiones. Sin embargo, con los cuidados, el faltar a la escuela y el cariño de la familia, nos hicieron sentir mejor y después de un tiempo estábamos como sin nada jugando y brincoteando por doquier.

Pero ojo ¿quién dijo que este virus salía de tu cuerpo?, esto es debido a que el virus del herpes zoster por algún motivo o factor desencadenante se vuelve a reactivar causando otro tipo de afecciones en la adultez que van más allá de ronchas, fiebre y picazón… alterando nuestro sistema inmune y dando lugar a la famosa “culebrilla” o “herpes zoster” causándonos un dolor quemante o ardoroso muy intenso, principalmente en la zona de la espalda y tórax en donde aparecen pequeñas lesiones similares a ampollas llamadas vesículas que al tacto son muy molestas y que con el tiempo pueden desaparecer solas.

Uno pensaría que solamente afectaría a los nervios de nuestra espalda y todo lo que conlleva, pero en ocasiones las cosas no suceden como se espera, ya que este virus al seguir dentro de nuestro cuerpo, puede afectar no solo los nervios del tronco o espalda, si no que puede viajar hasta los nervios de la cara y afectarlos causándonos una parálisis facial y afecciones auditivas, mismas que si no son tratadas pueden llegar a ser permanentes.

Esta afección es conocida como el Síndrome de Ramsay Hunt, y es importante saber de él, ya que causa fuertes signos y síntomas del lado afectado de las personas como dolor en el oído, disminución de la audición, debilidad motora en la cara, desviación de la comisura del labio, alteraciones en el gusto, entre otras.

Debido a esto se requiere destacar la importancia de mantener a nuestro sistema inmune sano y fuerte, evitando reactivaciones de este virus y con ello todas las complicaciones que nos pueden afectar, por eso en cuanto veamos algún signo sospechoso se debe acudir con el personal de salud de inmediato para que realicen un diagnóstico y tratamiento oportuno.