Higado graso

La enfermedad de hígado graso sucede cuando hay acumulación de grasa en las células del hígado; esta situación puede agrandar el hígado y como consecuencia provocar dolor en la parte superior del abdomen.

Causas más relacionadas

Hay dos tipos principales: Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA o NAFLD) y la enfermedad del hígado graso por alcohol, también llamada esteatosis hepática alcohólica.

El hígado graso no alcohólico se ha visto asociado con: sobrepeso u obesidad, la diabetes tipo 2 y otros trastornos que se caracterizan por la resistencia a la insulina; así como la ingesta excesiva de carbohidratos refinados y azúcar, niveles altos de grasas, particularmente triglicéridos en la sangre; y en la mayoría de los casos una salud intestinal deteriorada.

¿Complicaciones?

El hígado graso es reversible en una etapa temprana, pero en ocasiones progresa hasta convertirse en enfermedad hepática avanzada.

¿Qué siente un paciente con hígado graso?

Generalmente no hay una sintomatología específica, sin embargo, se ha visto que pueden incluir:

Fatiga, dolor o molestia en la parte superior derecha o central del abdomen, hinchazón abdominal (ascitis), bazo agrandado, palmas rojas, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, y en ocasiones color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia).

En estudios se observa: Niveles elevados de enzimas hepáticas, de insulina y de triglicéridos.

¿Qué hacer en caso de padecerlo?

Lo primero es acudir con el médico, se te realizarán estudios y podrán determinar el grado de la afección, así como el tratamiento idóneo, normalmente además de los medicamentos se incluyen cambios alimenticios y estilo de vida.

¿Se puede prevenir?

Sí, y existen factores que disminuyen el riesgo de padecer, entre ellos:

Primero una dieta saludable, recuerda que es importante consumir frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables. Hacer ejercicio varias veces a la semana y mantener un peso regular y estable, acorde a tu necesidad.