¿Es malo tronar los dedos?

Dime algo… ¿De verdad nunca te has tronado los dedos?, porque seamos honestos, todos lo hemos hecho alguna vez, ya sea por nervios, por costumbre o simplemente por la sensación rara pero agradable de alivio que produce. Sin embargo, también es uno de los comportamientos cargado de más suposiciones populares, por ejemplo: “Te va a dar artritis”, “se te van a deformar los dedos”, “te los vas a dañar”. Pero ¿qué tan cierto es todo esto? ¿Realmente tronar los dedos es peligroso o es un mito más que ha sobrevivido por generaciones? La ciencia tiene una respuesta mucho más interesante de lo que parece.

¿Qué ocurre realmente cuando tronamos los dedos?

El sonido característico proviene de un fenómeno llamado cavitación articular, en el cuál puede sonar como si los huesos chocaran entre sí, pero la realidad es que no es un golpe óseo ni un daño articular. El fenómeno realmente ocurre dentro de las articulaciones sinoviales, que son aquellas cubiertas por un líquido lubricante llamado líquido sinovial.

Dentro de las articulaciones existe líquido sinovial, que lubrica y reduce la fricción. Este líquido contiene gases disueltos (principalmente CO₂, nitrógeno y oxígeno), por ello cuando estiras o jalas tus dedos, se produce una separación rápida de las superficies articulares, lo que genera:

Las superficies articulares se separan rápidamente.
La presión dentro de la articulación cae de golpe.
Se forma una burbuja de gas (cavitación)
Esa burbuja colapsa o implota.
Ese colapso produce el “crack”.

Es decir, lo que escuchas no es un hueso dañándose, sino una burbuja reventando.

¿Puede causar artritis o alguna enfermedad articular?

Esta es la gran duda, y la respuesta es “NO”.

Estudios clínicos y revisiones científicas han demostrado que tronar los dedos NO causa artritis, ni está asociado a daño estructural articular. Un ejemplo muy citado es el experimento del Dr. Donald Unger, quien en 1998 publicó los resultados de un curioso experimento en el que, durante 50 años tronó únicamente los dedos de su mano izquierda, dejando la derecha intacta, los resultados encontrados fueron que no se encontraron diferencias entre ambas manos ni signos de artritis u otras lesiones articulares, pero lo que sí puede suceder en algunos casos es:

Ligero dolor o molestia temporal, si se hace con demasiada fuerza
Hinchazón leve, en personas propensas
Disminución moderada de la fuerza de agarre en quienes lo hacen de manera compulsiva (según algunos estudios)

Pero ninguna de estas consecuencias implica artritis o deformidad.

¿Entonces es totalmente seguro?

En la gran mayoría de los casos, sí. Sin embargo, existen algunas excepciones:

Si tronar los dedos duele de forma frecuente
Si se inflaman las articulaciones sin haber hecho esfuerzo
Si hay chasquidos acompañados de bloqueo o incapacidad de mover el dedo
Si se presenta entumecimiento o pérdida de fuerza

En esos casos puede existir un problema subyecente (tendinitis, lesión ligamentaria, desgaste, etc.) que amerita atención médica, y aunque generalmente no es una práctica peligrosa, si es mejor evitarlo.

Curiosamente, después de tronar un dedo, la articulación no puede volver a sonar durante unos 15–20 minutos, tiempo que tarda la presión en regresar a su estado normal.

REFLEXIÓN FINAL

Como muchas conductas humanas, tronar los dedos ha sido visto durante años como algo dañino, aunque la evidencia demuestra que es un hábito inofensivo. La ciencia ha comprobado que no provoca artritis, deformaciones ni otros problemas articulares y que el sonido surge por el colapso de una burbuja de gas dentro de la articulación.

Comprender la fisiología detrás de este fenómeno ayuda a derribar creencias erróneas y permite que cada persona tome decisiones informadas sobre su propio cuerpo sin miedos innecesarios, pero con atención a las señales que sí importan.