Enjuagues bucales

Los enjuagues bucales se han convertido, actualmente en un producto muy presente en la higiene bucodental. ¿Pero qué son los enjuagues bucales?

Técnicamente son llamados colutorios, y son una herramienta complementaria de la higiene bucodental diaria. No sustituyen al cepillado ni al uso de hilo dental.

Los enjuagues están pensados para finalidades muy concretas. Por ello, su uso no debe generalizarse y debe ser adaptado a cada paciente en particular. Entre los usos más habituales se encuentran:

• Los enjuagues bucales refrescan el aliento de manera temporal. Algunos, por ejemplo, ayudan a combatir las bacterias y el mal aliento.
• Los enjuagues ayudan a prevenir la formación de placa dentobacteriana en las encías y en los espacios entre los dientes.
• Los enjuagues bucales se han convertido en un complemento al cepillado y a la higiene interdental.
• Algunos enjuagues ayudan a combatir la caries gracias a su composición a base de flúor.
• Los enjuagues ayudan a prevenir y pueden contribuir a aliviar la gingivitis.

¿Qué tipos de colutorios existen?

Anti-caries: Su composición a base de flúor, permite evitar la desmineralización del esmalte y evita la caries.

Anti-gingivitis: estos enjuagues contienen agentes antisépticos que controlan las diferentes bacterias que producen la gingivitis.

Para la sensibilidad dental: estos enjuagues actúan aliviando la molesta sensibilidad.

Para combatir el mal aliento: Son enjuagues con ingredientes que ayudan a combatir las bacterias que producen el mal aliento.

3 mitos de los enjuagues bucales:

El enjuague bucal combate el mal aliento: Muchas personas los utilizan sin ningún tipo de prescripción médica, y si bien es cierto que hay enjuagues bucales que ayudan a combatir el mal aliento, siempre deben ser prescritos por un odontólogo, por ello es importante acudir con el dentista para que valore el caso y prescriba la mejor opción.

El enjuague sustituye el cepillado: Un enjuague JAMÁS sustituye al cepillado dental, su uso siempre será complementario.

Los enjuagues sin alcohol son inofensivos: El uso excesivo y no controlado de alcohol puede resultar nocivo y provocar irritación en las encías.

Antes de comprar algún enjuague lo ideal es consultar con un especialista para que pueda indicarnos la mejor opción de acuerdo con cada necesidad.

No olvide visitar a su odontólogo cada 6 meses.