
Siegfried Rhein
Jan 1 2026Diferencia entre fiebre y febrícula
Ambos términos se refieren a un aumento de la temperatura corporal, pero no significan lo mismo. Conocer la diferencia es clave para saber cuándo preocuparse y cuándo solo observar.
¿Cuál es la temperatura normal del cuerpo?
En adultos, la temperatura corporal normal suele oscilar entre 36.0 °C y 37.2 °C.
En los niños, especialmente en bebés y niños pequeños, puede ser ligeramente más alta, y varía entre 36.1 °C y 37.8 °C, dependiendo de la hora del día, el nivel de actividad o el método utilizado para tomarla (oral, axilar, rectal, etc.).
Es importante recordar que la temperatura puede fluctuar de forma natural a lo largo del día, sin que eso indique enfermedad.
¿Qué es la febrícula?
La febrícula es un aumento leve de la temperatura corporal, se ubica entre 37.3 °C y 37.9 °C. No llega a considerarse fiebre, pero puede ser una señal de que el cuerpo está respondiendo a algo.
A veces es continua, otras aparece en determinados momentos del día. Y aunque muchas veces pasa desapercibida, puede estar relacionada con varias causas: desde infecciones leves como un resfriado común, hasta situaciones como el estrés, el ejercicio intenso, cambios hormonales o incluso enfermedades crónicas o autoinmunes.
En la mayoría de los casos, no representa una urgencia, pero sí conviene observar si hay otros síntomas o si se mantiene en el tiempo.
¿Qué es la fiebre?
La fiebre se define como una temperatura igual o superior a 38 °C. Y ojo, no es una enfermedad en sí misma, sino una respuesta del cuerpo ante una amenaza, como una infección o inflamación.
Las causas pueden ser muchas: desde virus comunes como los de la gripe o el COVID-19, hasta infecciones bacterianas más serias, inflamaciones internas, e incluso reacciones a ciertos medicamentos o vacunas. La fiebre es una herramienta del sistema inmune, una especie de señal que dice: “el cuerpo está trabajando para protegerte”.
Sin embargo, si la temperatura supera los 40 °C, se considera hiperpirexia, una condición grave que requiere atención médica inmediata.
¿Por qué importa la diferencia?
Saber distinguir entre fiebre y febrícula permite tomar decisiones más informadas.
- La FEBRÍCULA generalmente no necesita tratamiento, pero se debe vigilar.
- La FIEBRE, dependiendo de su intensidad y duración, puede requerir valoración médica.
Usar un termómetro es esencial: la sensación de “estar caliente” es subjetiva y no siempre indica fiebre real.
Recomendaciones generales
En adultos, la fiebre puede ser un signo de que algo no anda bien. Se recomienda consultar a un profesional, especialmente si hay otros síntomas como malestar general, dolor intenso o dificultad para respirar.
En niños, es fundamental estar atentos si la fiebre se acompaña de:
- Erupciones en la piel
- Problemas para respirar
- Vómitos persistentes
- Somnolencia excesiva o decaimiento
En resumen
Conocer la diferencia entre fiebre y febrícula nos ayuda a estar más atentos a las señales del cuerpo, pero nunca reemplaza la opinión de un profesional de la salud.
Ante cualquier duda o si la fiebre persiste o se acompaña de otros síntomas, lo más importante es consultar al médico.
Evita automedicarte, ya que el uso incorrecto de medicamentos puede empeorar la situación o enmascarar síntomas importantes. Escuchar al cuerpo está bien, pero dejarse guiar por un profesional es lo más seguro.
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