¡Úlceras!... ¿por presión?

Las úlceras o llagas por presión son lesiones que se producen en la piel y en los tejidos que están por debajo de ella, debido a la presión de una superficie dura que está en contacto permanente con una parte del cuerpo durante mucho tiempo, lo que provoca la disminución del riego de la sangre y del aporte de oxígeno a los tejidos.

Las personas que permanecen mucho tiempo en cama o que están sentadas en una silla, como es el caso de las personas de la tercera edad, o aquellas que sufren una discapacidad permanente, o que tienen dificultades para cambiar de postura por sí mismas, son las más vulnerables para este tipo de padecimiento.

Las úlceras por presión comúnmente aparecen en las zonas de prominencias o salientes óseas como la cadera, los talones, la espalda y la parte inferior de la espalda. Estas comienzan como una región enrojecida que en el transcurso de horas y días seguirá desgarrándose hasta formar una lesión circular superficial, que si no se trata en ese momento, seguirá evolucionando hasta invadir los tejidos más profundos.

La consecuencia más grave de este padecimiento es que la persona al tener una o varias úlceras por presión es más susceptible a que ésta se infecte a causa de bacterias u hongos, llegando a alterar su calidad de vida e incluso, si no se trata de manera oportuna y eficaz con un profesional de la salud puede llegar a poner su vida en riesgo.

¿Se pueden prevenir?

Claro que sí, a través de un buen cuidado e higiene de la piel utilizando agua tibia y jabón, seguido de una adecuada hidratación de piel con crema hidratante, extendiéndola hasta que se absorba; evitando que la piel se seque y se produzcan grietas.

Una buena y balanceada alimentación e hidratación es indispensable ya que, si no hay un aporte adecuado de proteínas, vitaminas y minerales, el organismo es más vulnerable a contraer infecciones o el proceso de cicatrización se lleva a cabo con mayor dificultad.

Para las personas que se encuentran postrados por un gran periodo de tiempo es necesario realizar cambios de postura cada 2 o 3 horas ayudándonos con almohadas para disminuir la presión.

Si por algún motivo, tú o algún familiar tienen impedimento en la movilidad y llegara a aparecer una úlcera por presión, es necesario acudir al médico para que brinde la mejor atención, puesto que el tratamiento adecuado y las medidas necesarias para ayudar a la recuperación y cicatrización de la lesión, deben ser lo más pronto posible.