
Siegfried Rhein
Jul 1 2025¡¿Que mi bebé comió qué?!
Preocuparnos cada vez que vemos que nuestro bebé se lleva objetos a la boca es una reacción que frecuentemente nos genera temor, sin embargo, ¿te has preguntado por qué lo hacen? ¿O si el hacerlo genera algún beneficio más allá de los riesgos? Quédate que acá te lo contamos.
Los bebés conocen el mundo y sus alrededores de muchas formas a medida que van creciendo y una de las maneras más importantes es justamente a través de la boca, lo cual es denominado fase oral que es, básicamente, explorar texturas, sabores y consistencia de los objetos a su alrededor a través de la boca, lo cual fomenta su sano desarrollo neurológico, fortalece su musculatura bucal e inicia su percepción y asociación de los objetos en su entorno.
La fase oral inicia desde el nacimiento, volviéndose más notoria entre el segundo y el sexto mes de vida, teniendo una duración total aproximada de 18 meses. Ya comentábamos que a lo largo de este tiempo es crucial el cumplimento de esta fase para lograr un correcto desarrollo neurológico, pero también funge otros papeles importantes, los cuales son el generar y experimentar emociones secundarias al conocimiento a través de la boca, además de fomentar un mejor desarrollo de su sistema inmunológico al exponerse a nuevos y más variados patógenos.
¿Existe algún riesgo para mi bebé?
Claro, la realidad es que, aunque el reconocimiento del mundo por la fase oral brinda múltiples beneficios, existen también algunos riesgos latentes al momento de introducir objetos a su boca, ya que corre el riesgo de deglutirlos o que dichos objetos generen obstrucción de la vía aérea, es decir, ahogamiento, y poner en riesgo su vida.
¿Es poco higiénico?
Aunque ya comentamos los beneficios relacionados a favorecer el desarrollo del sistema inmunológico, las condiciones de higiene no siempre son las ideales o similares a las que se tienen en el hogar, por lo que objetos externos al núcleo del bebé representaran un riesgo aumentado para el desarrollo de infecciones, sobre todo si hay exposición directa a bacterias, virus, parásitos u hongos, causantes de infecciones, por ejemplo, respiratorias o gastrointestinales, en las cuales, y, dependiendo de la gravedad, la integridad del menor pudiera verse en riesgo.
¿Tiene que ver con la dentición?
Generalmente, durante esta exploración del mundo que realizan los bebés a través de la boca, descubren que el frotar objetos en sus encías alivia la molestia y sensación de comezón causadas por el brote dental, por lo que en múltiples ocasiones podremos esta asociación para intentar mejorar las molestias de la dentición.
¿Qué debo tener en cuenta para el hogar?
Ahora que vimos ambas caras de la moneda, desde los beneficios y riesgos latentes, es necesario buscar un equilibrio entre el extremismo y aislamiento que promueven un inadecuado desarrollo inmunológico y el permitir que nuestro bebé conozca el mundo a través de su fase oral, pero eso sí, extremando siempre las mayores precauciones posibles para evitar deglución de objetos y ahogamiento que comprometan directamente su vida.
¿Qué debo hacer ante una ingesta accidental?
Ante la sospecha de ingesta accidental, ya sea que nos cercioramos visualmente que el bebé deglutió el objeto o que tras llevarlo a su boca pareciera haber desaparecido, lo primero será verificar pronta y exhaustivamente los alrededoresen búsqueda del objeto, además de verificar en la totalidad de la cavidad bucal buscando intencionadamente el objeto u objetos manipulados, de no encontrarlo(s), y en aparente ausencia de obstrucción de la vía aérea, deberemos acudir directamente a revisión médica en donde se podrán tomar las medidas y conductas necesarias. Si, por el contrario, el bebé comienza con signos de ahogamiento como tos, arqueo, salivación, incapacidad para la inspiración, silbido respiratorio o cambio de coloración de labios, cara o manos a tonos azulados, inmediatamente deberás activar el sistema médico de emergencias, lamando al 911, o bien, acudir inmediatamente al servicio de urgencias para atención prioritaria del menor.
Finalmente, recordemos que la prevención será siempre nuestro mejor aliado al momento de salvaguardar la integridad de nuestros pequeños en crecimiento, por lo que la vigilancia estricta de un adulto durante su desarrollo será vital para evitar accidentes o situaciones de riesgo mientras ellos conocen y exploran el mundo a su alrededor.
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