¿Qué es la depresión?

Según la OMS es una enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. Y aunque en algunas ocasiones la mayoría de nosotros se ha sentido de esta manera de vez en cuando durante períodos cortos, en las personas con depresión estos sentimientos interfieren con la vida diaria durante un período de algunas semanas o en ocasiones hasta mucho más.

La depresión es una condición que se puede presentar en cualquier persona y en todas las edades, ya sea adulto, adolescentes, adultos mayores y en la actualidad hasta en la infancia, es muy importante poder identificar los siguientes datos (síntomas) en las personas para poder identificar el riesgo de desarrollar depresión: pérdida de energía, cambios en el apetito, necesidad de dormir más o menos de lo normal, ansiedad, disminución de la concentración, indecisión, inquietud, sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza, y pensamientos de autolesión o suicidio. Es muy importante la identificación ya que el iniciar terapia o intervención psicológica a tiempo y en forma, con una medicación adecuada, puede tener una recuperación óptima y una mejoría en su estado emocional.

Cabe resaltar que aquellas personas que se encuentran frecuentemente experimentando violencia, ansiedad, estrés, frustración, temor, irritabilidad y enojo, tiene una mayor probabilidad de desarrollar depresión, pero, en los niños estos síntomas suelen ser muy diferentes, en ellos debemos vigilar el rendimiento escolar, el sueño y el comportamiento, en este último dato es observar apatía, irritabilidad y tristeza persistente. Es de suma importancia saber que existen otros factores que pueden causar depresión, como son el alcoholismo o consumo de drogas, afecciones médicas, como cáncer o dolor crónico, cambios estresantes en la vida como pérdida de trabajo, divorcio o fallecimiento de un cónyuge u otro miembro de la familia, además del aislamiento social como suele pasar en los adultos mayores.

La depresión se puede clasificar de una manera sencilla en 3 tipos. La depresión mayor tiene un origen más biológico como un componente genético y menor influencia de factores externos. Puede aparecer de manera recurrente y, en algunos casos, guarda una cierta relación con la estación del año. La depresión reactiva es causada por una mala adaptación a circunstancias ambientales estresantes. La distimia, hace tiempo se conocía como neurosis depresiva, que se caracteriza por un cuadro depresivo de intensidad menor a los anteriores, de evolución crónica, sin periodos asintomáticos y con sentimientos de incapacidad y somatizaciones, cabe mencionar que la somatización es manifestar el sentimiento de depresión con algún dolor físico, dolor de cabeza o dolor de estómago. Este último tipo de depresión parece guardar una relación más estrecha con la forma de ser y con el estrés prolongado.

El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado, por lo que es fundamental una adecuada relación médico-paciente, para poder llevar a cabo una adecuada psicoterapia que te ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional y farmacoterapia que te ofrece control de los síntomas en lo que la psicoterapia avanza.