Helado y depresión: Una mirada desde la alimentación y las emociones.

La depresión es un estado emocional en el que una persona se siente muy triste, desmotivada y vacía durante mucho tiempo, sin razón aparente. Es como si todo perdiera color o sentido, incluso las cosas que antes le hacían feliz. No es solo estar triste un rato, sino una sensación profunda que puede afectar cómo uno piensa, siente y actúa.

Comer helado es uno de los gustos más comunes, sobre todo cuando hace calor o cuando queremos sentirnos mejor emocionalmente. Aunque el helado puede hacernos sentir bien por un momento, su relación con el estado de ánimo, especialmente con la depresión, es más complicada de lo que parece.

El helado y las emociones: un consuelo momentáneo

El helado tiene mucha azúcar y grasa, lo que hace que el cuerpo libere dopamina, una sustancia que nos hace sentir bien por un rato. Por eso, muchas personas lo buscan cuando están tristes o decaídas. Sin embargo, ese bienestar es temporal.

La forma en que comemos influye en cómo nos sentimos. Comer demasiada azúcar puede causar cambios en el ánimo, haciéndonos sentir irritables, ansiosos o tristes. Además, si no consumimos suficientes nutrientes importantes, nuestro cerebro puede no funcionar bien y eso puede afectar cómo nos sentimos. Incluso, el estado del intestino, que ayuda a producir sustancias que influyen en el ánimo, puede verse afectado por una mala alimentación, lo cual también está relacionado con la depresión.

¿Qué hacer?

Para tratar la depresión, se necesita un enfoque completo y adaptado a cada persona. Comer helado de vez en cuando no es malo, pero es importante llevar una alimentación variada y saludable, con frutas, verduras, proteínas y grasas buenas que ayuden al cerebro y al estado de ánimo.

También es útil acompañar una buena alimentación con terapia psicológica, como la terapia cognitiva, y hacer ejercicio. Además, es importante aprender a no usar la comida como una forma de consuelo emocional, y para eso se puede contar con la ayuda de un especialista en nutrición, que enseñe a tener una relación más sana con la comida.