Diarrea del viajero

La diarrea del viajero es uno de los padecimientos más frecuentes durante los viajes, debido a los cambios de alimentación o por la posible afectación de un microorganismo que nos cause enfermedad.

¿Qué es? La diarrea es una respuesta de nuestro organismo ante un agente agresor, la diarrea del viajero se caracteriza por la presencia de heces líquidas o pastosas tres o más veces al día, generalmente sin moco, pus, o sangre, que suelen ir acompañadas de dolor abdominal tipo retortijón o cólico, debilidad, gases, náuseas y en raras ocasiones fiebre y vómito. En la mayoría de las ocasiones puede manifestarse horas después de haber sido expuesto, e inclusive hasta unos días después; pudiendo presentarse en cualquier momento durante el viaje, o hasta más de una vez.

La causa más frecuente de la diarrea del viajero son las infecciones bacterianas, seguidas por las infecciones víricas y parasitarias, siendo estas últimas poco frecuentes. La bacteria más frecuentemente implicada es la E. coli.

¿La diarrea del viajero se puede contagiar? Si, ya que ésta es causada por comer o beber alimentos contaminados. Existen diferentes vías de transmisión, la mayoría de las veces estas infecciones se pasan de una persona a otra al saludarse, intercambiar objetos, o cuando no se lavan las manos antes de preparar los alimentos, o cuando existe una mala limpieza en la cocina al momento de prepararlos.

¿Qué otros factores influyen? algunos lugares de destino, se ha reportado mayor incidencia de diarrea del viajero en África, sudeste asiático, América Central y del Sur. El tiempo que dure la estancia, el sitio de hospedaje, la estación del año (mayor en verano) así como el tipo de viajero, en este último caso, quienes tienen más probabilidades de padecerlo son los niños, adultos jóvenes entre 15 y 30 años, adultos mayores, personas con problemas gástricos, así como mujeres embarazadas e inmunodeprimidos.

Para prevenir es importante que las frutas y los vegetales se laven con agua limpia o desinfecten antes de ser ingeridos para evitar la contaminación. Lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, especialmente antes de comer y después de ir al baño. Tener cuidado con la alimentación y las bebidas; únicamente beber o usar agua potable, de preferencia embotellada o filtrada y asegurarse de que la comida esté bien cocida, sobretodo cuando la comida es callejera o en puestos ambulantes.

Recuerda que si la fiebre es persistente, tienes escalofríos, dolor abdominal severo y constantes evacuaciones, hidrátate y acude a al médico o a la unidad de salud más cercana.