El consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de cáncer de mama

En los últimos años, los productos chatarra, entre los que destacan las bebidas azucaradas, han sido objeto de estudio para descubrir la relación que existe entre estos y el cáncer de mama.

Mas de un estudio se ha publicado en el que se expone que existe riesgo de desarrollar cáncer si se consumen bebidas como refrescos y jugos con regularidad.

Las mujeres que consumen una o más bebidas azucaradas al día presentan una probabilidad 1,78 veces mayor de desarrollar cáncer de mama, en comparación con aquellas que consumen una o menos al mes según un estudio publicado en Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention. La noticia es que las bebidas azucaradas se mantienen entre los productos más consumidos por la población mexicana. No obstante, este tipo de bebidas conlleva múltiples riesgos a la salud; por ejemplo, se ha observado que su consumo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, caries y enfermedad periodontal, algunos tipos de cáncer, como el de hígado y colorrectal. Asimismo, un estudio realizado en mujeres francesas encontró que también aumenta el riesgo de cáncer de mama.

Un estudio realizado por un equipo de investigación del Instituto Nacional de Salud Pública es el primero en explorar la relación entre el consumo de bebidas endulzadas y el cáncer de mama en mujeres mexicanas. En este estudio se determinó que las mujeres en período premenopáusico y posmenopausia con un consumo de al menos una porción de bebidas azucaradas diariamente tuvieron 89% más riesgo de cáncer de mama, comparado con aquellas que consumían una o menos porciones al mes.

Los investigadores concluyen que el consumo de bebidas azucaradas podría incrementar el riesgo de cáncer de mama. Esta evidencia se suma y respalda a las recomendaciones de reducir al mínimo el consumo de estas bebidas.

¿Cómo reducir las posibilidades de padecer cáncer por consumir bebidas azucaradas?

La respuesta más sencilla y quizá la más obvia es evitando totalmente su consumo y sustituirlos por agua natural, zumos naturales, así como infusiones frías o calientes como tés.

Si tenemos factores de riesgo o herencia genética de algún tipo de cáncer, quizás optar por retirar estas bebidas de nuestro consumo frecuente, tomarlas de forma muy esporádica o dejarlas incluso totalmente.

No olvides mantener una alimentación saludable a base de frutas, verduras, agua, proteínas etc. Disminuyendo el consumo de grasas y azúcares.