Ailurofobia

Para definir ailurofobia es importante empezar por explicar, ¿Qué es fobia? ya que es un tema muy común y la mayoría de las personas usan el término relacionado a algún miedo, sin embargo, la definición de fobia es: miedo desproporcionado e irracional proyectado a objetos o situaciones, el sufrimiento de la persona que lo padece deriva tanto de la propia ansiedad como de la conciencia de que su miedo es absurdo y excesivo, que no puede controlar.

Existen muchos tipos de fobias originado por objetos, animales, situaciones, pensamientos, personas, etc.

En el caso específico de fobia a los gatos el término correcto es ailurofobia, del griego ailouros: gatos y phobos: miedo, que se caracteriza por miedo a los gatos injustificado. Las personas con esta fobia no soportan tener cerca a uno de estos animales, puede deberse a la historia que se tiene con los gatos como, por ejemplo: durante la edad media, los gatos eran asociados a lo sobrenatural, las brujas y el demonio. Hay una creencia que dice que los gatos pueden predecir el tiempo, dándole un aspecto sobrenatural al gato. En algunos casos, la fobia se limita a los gatos negros, que se creían que eran brujas transformadas.

Este tipo de creencias, así como haber tenido una mala experiencia con un gato, generalmente en la infancia y pueden ser factores de riesgo para presentar ailurofobia.

Los síntomas que las personas pueden manifestar al estar cerca de un gato son: sudoración, dificultad respiratoria e incluso tener un ataque de pánico. Mucha gente sufre este tipo de fobia y se siente incomprendida, ya que los gatos son animales normalmente inofensivos y la mayoría de las personas disfrutan de su compañía.

Este tipo de fobias simples, como es ailurofobia no acuden al médico por este motivo y probablemente no necesiten tratamiento específico. Sin embargo, hemos visto que en algunos casos las fobias pueden tener un impacto limitado pero significativo para la persona que lo padece.

Las personas con ailurofobia pueden beneficiarse de una intervención terapéutica. El tratamiento más eficaz para las fobias específicas es una modalidad de terapia de conducta que consiste en la exposición gradual a la situación temida.

En esta técnica, la persona debe exponerse progresivamente en pequeños pasos a la situación temida, por ejemplo, tener el acercamiento con el gato de manera gradual.

Para controlar el progreso, es útil llevar un diario anotando la exposición realizada y el nivel de ansiedad experimentado. Este tratamiento habitualmente se estructura en varias sesiones.

Es importante que, ante este tipo de situaciones para atención personalizada, detectar el grado de fobia y el impacto que tiene en la calidad de vida de la persona, deberá acudir con el médico para un tratamiento seguro y eficaz.